La Carta de noviembre, realizada por Eduardo Bidaurratzaga Aurre, Artur Colom Jaén y Elisa Sainz de Murieta Zugadi, ilustra la relación entre la lucha contra los efectos del cambio climático y el endeudamiento externo en Mozambique.
Los efectos del cambio climático varían significativamente entre continentes, regiones y países con independencia de su mayor o menor contribución a nivel mundial a las emisiones de CO2 y a la generación del calentamiento global. El caso de África es uno de los más destacados, dado que pese a su mínima contribución a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se estima que concentrará desproporcionadamente una buena parte de los efectos del cambio climático. Asimismo, por otra parte, el conjunto del continente, el área subsahariana en particular, y especialmente algunos países en concreto, se enfrentan a crecientes procesos de endeudamiento externo que hacen sonar las alarmas de nuevo sobre el problema estructural de la deuda en la región. La coincidencia en el espacio y en el tiempo de ambos fenómenos nos hace preguntarnos sobre la relación entre ellos, así como sobre posibles soluciones a la situación provocada por ambos. El caso de Mozambique es representativo de la confluencia de ambas realidades, e ilustra interesantemente muchos de los problemas y dificultades generadas por ellas, si bien todo ello enmarcado en el contexto de la particular idiosincrasia del país.
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