El desarrollo sostenible se identifica, en primer lugar, con retos medioambientales y, en menor medida, con retos económicos y sociales. Los ODS relacionados con aspectos transversales, altamente integrados en la agenda política a nivel internacional, son los más interesantes para el tejido productivo. Destacan el ODS 8, de trabajo decente y crecimiento económico, y el ODS 5, de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
El conocimiento y la aplicación de la Agenda de Desarrollo Sostenible va a dos velocidades, en función del tamaño de las empresas. Las grandes han sido pioneras en su conocimiento y aplicación de los ODS. Así, casi todas ellas los han integrado en sus estrategias de negocio.
Una realidad muy diferente es la de las pymes, con bajos niveles de conocimiento e implementación de los ODS. Además, las empresas más pequeñas tienen más dificultades y utilizan gran parte de su tiempo y recursos en la gestión del día a día (facturas, gestiones, trato con proveedores y clientes, etcétera).
Sigue leyendo en el artículo de Ángeles Sánchez Díez y Sofía García Gámez publicado en The Conversation